MI PARTICIPACIÓN EN EL PREMIO TOCI AL MEJOR ORADOR DE MÉXICO
MI PARTICIPACIÓN EN EL PREMIO TOCI AL MEJOR ORADOR DE MÉXICO
Por: Xicohténcatl Delgado Santiago.
Mi vida como participante en el arte de la oratoria, me regaló varias oportunidades, de carácter social, académico, político y económico; en primer lugar, la de conocer amistades de todo el país, que aún perduran a más de 25 años de distancia; en segundo lugar, la de fortalecer mi preparación que va más allá de mi carrera profesional en el campo de las lenguas extranjeras, y su enseñanza, así como el manejo de la lengua española con la confianza que da el conocer a muchos maestros de la literatura, el contar con una maestría en educación y el haber desarrollado como autodidacta varias herramientas que me son útiles en mi vida profesional. Por supuesto, el permitirme desarrollarme políticamente porque la oratoria otorga esa sensibilidad que permite un desempeño más exitoso.
Sin embargo, de entre todas estas ventajas, la mayor de todas fue el haber sido discípulo directo del gran maestro José Muñoz Cota, el maestro de oratoria del siglo XX, por antonomasia, el poeta, el ensayista, el pensador, forjador de muchas generaciones de oradores que aún hoy día se siguen desarrollando en muchos campos de vida. El legado de su pensamiento, concentrado en sus más de cien libros, sigue admirando a las nuevas generaciones de oradores de todo el país, siendo su vida un referente obligado en cuanto a la oratoria mexicana. Esa simiente se convirtió personalmente en una inspiración, en un punto de partida porque si el maestro Muñoz Cota confió en nosotros para trabajar por un mejor país, nuestra encomienda es no defraudar dicha confianza.
Por ello, el ganar el Premio Toci en su versión 1990, que fue la segunda edición del Concurso de Chiautempan, Tlax., representando al Estado de Tlaxcala, fue algo altamente significativo para un servidor, porque se constituyó en mi primer premio nacional de oratoria de 4 en total que pude ganar durante mi trayectoria como orador de concursos, habiendo ganado otro primer lugar nacional en Tepic, Nayarit en 1991, el Concurso Nacional Nezahualcóyotl 2000 en el Estado de México y el Concurso Nacional “José Muñoz Cota”, en Oaxaca, Oax., en 1994. Esta etapa formidable se convirtió en una fortaleza para las demás luchas de vida que enfrenté, entre las que se destacan el haber podido participar en dos programas académico en el extranjero, concretamente en Oregon, EUA, en 1995 y en California, EUA, de 2004 a 2007, representando a México en el ámbito educativo.
Por tanto, el Toci marcó mi vida de una manera significativa y siendo el primer campeonato nacional de oratoria en ganar, las oportunidades como conferencista, como conductor de talleres de oratoria y debate, así como jurado calificador en diversos certámenes estatales y nacionales de oratoria, menudearon. Actualmente es un honor apoyar en la realización de este concurso al lado del maestro José Tomás Juárez Muñoz, a quien le debo mi primer impulso como orador, y el apoyo para desarrollarme en esta disciplina, sus consejos también fueron decisivos para mi formación.
Y es más significativo aún, ya que en la actualidad, la mayoría de los oradores coincide en que el Premio Toci al mejor orador de México, ocupa el primer lugar en jerarquía, importancia, transparencia y objetividad, por encima del Belisario Domínguez, de Comitán, Chiapas y del mismo El Universal, no obstante su poderío económico.
Seguiremos cumpliendo este compromiso con el país y con el Estado, difundiendo la oratoria que nos transmitió el maestro Muñoz Cota, porque es la mejor forma de impulsar verdaderos cambios que nos lleven al camino de la democracia, de la igualdad y de la justicia.