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Sepultan a muerto por escoltas de Zarur

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Sepultan a muerto por escoltas de Zarur

REFORMA Ana Laura Vásquez/Corresponsal
(1 Diciembre 2014).-

En una sencilla ceremonia de exequias, familiares y amigos sepultaron la tarde de hoy a Sandro Torres Loaiza, asesinado el pasado 28 de noviembre, por dos escoltas del Gobernador de Tlaxcala, Mariano González Zarur.
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La viuda y los deudos, quienes por razones de seguridad solicitaron reservar su identidad, demandaron que el homicidio no quede impune, porque presuntamente por prepotentes, los escoltas, Wilfrido Huerta Carrillo y José Luis García Rodríguez, mataron a tiros a Torres Loaiza.

También hirieron de gravedad a Maximino Torres Loaiza, quien se encuentra en el Hospital General de Tlaxcala con diagnóstico de delicado.

Un tercer hermano resultó ileso del ataque.

Hoy, en el panteón de San Damián Texoloc, luego de una misa de cuerpo presente, sepultaron a Sandro, de 38 años de edad, quien era maestro en una escuela de Hidalgo y más joven, agente de la Policía Federal.

«Vete tranquilo», expresó una mujer al despedirse del occiso.

La Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) informó que los dos escoltas de González Zarur fueron consignados ante el Juez de causa luego de que el fiscal acreditó su culpabilidad por los delitos de homicidio calificado y tentativa de homicidio, cometido la noche del 28 de noviembre en el Municipio de Apetatitlán.

Los indiciados eran elementos de la Policía Estatal Acreditable (PEA), corporación de la que fueron suspendidos y ahora están recluidos en el penal de la capital tlaxcalteca.

El joven que resultó ileso del ataque a balazos narró que fue una conducta de prepotencia de los dos policías lo que generó la muerte de Sandro y las lesiones en su hermano Maximino.

«Fue solo prepotencia, de decir ‘estoy armado y soy escolta del Gobernador'», expresó.

Relató que el pasado viernes, cuando él viajaba en su vehículo con su hermano Maximino, y Sandro por separado en otra unidad; sobre la calle Xicoténcatl de la comunidad de Belén, se encontraron con un vehículo estacionado a media calle cuyo ocupante era uno de los escoltas del Mandatario.

«El policía estaba solo y a mitad de la calle, mi hermano (Sandro) le estaba silbando para que se arrimara, no quiso arrimarse, se baja del carro y le empieza a decir cosas, bajamos del otro carro e inmediatamente saca la pistola y nos apunta.

«Lo que hicimos fue sacar a nuestro hermano, nos subimos al automóvil y le dijimos que lo íbamos a denunciar a la estatal», comentó.

Entonces el agente, que por radio pidió refuerzos, comenzó una persecución contra los hermanos Torres Loaiza, desde Belén hasta Apetatitlán.

A la altura de la delegación de la Policía Estatal, sobre la carretera Vía Corta, Wilfrido Huerta Carrillo y José Luis García Rodríguez abrieron fuego contra los tres hermanos.

«Vi a los señores que estaban armados, discutiendo con mi hermano a punta de armas, yo lo alumbro y me acerco a él con el carro y suelta el primer disparo, a mí me pasa en frente y le da a mi otro hermano.

«Veo la sangre, arranco el carro y atravieso los carriles para ir al hospital, cuando se escucharon tres o cuatro disparos, se fueron en contra de mi otro hermano», comentó.

Huerta Carrillo y García Rodríguez primero hirieron a Maximino con impactos de bala en el abdomen, luego dispararon contra Sandro Torres Loaiza, quien viajaba en la unidad con placas de circulación XVB2666 del Estado de Tlaxcala.

«Yo lo viví, es lamentable su actuación, simplemente por el poder que tienen porque son parte del Gobierno estatal, o están al cuidado del Ejecutivo tienen esa prepotencia. Me queda esa angustia, estoy enojado, ojalá algún día ellos no pasen por eso porque lo van a sentir», expresó el hermano sobreviviente.

Su madre pide justicia y ayuda porque su hijo fallecido dejó a una menor de edad, mientras que su otro hijo tiene un diagnóstico delicado con el riesgo de dejar desamparados a sus dos hijos.

«A uno ya se lo llevó Dios, el otro Dios quiera que se salve, mi otro hijo está asustado, y yo solo quiero justicia, ayuda, qué necesidad hay de que quede impune esto», asentó.