Sistema Nacional Anticorrupción, prioridad del PAN
Sistema Nacional Anticorrupción, prioridad del PAN
Senadora Adriana Dávila Fernández
En próximos días, el Partido Acción Nacional (PAN) celebrará su reunión plenaria para definir la agenda legislativa 2015, en la que se abordarán asuntos relativos a la economía, política internacional, seguridad y el más relevante por las condiciones de opacidad del Gobierno Federal y los posibles conflictos de interés, la operatividad del Sistema Nacional Anticorrupción.
Desde el Congreso de la Unión se deben impulsar iniciativas que den certeza y garanticen el estado de derecho; son muchos los casos en los cuales se han involucrado autoridades de las tres esferas del poder público.
No basta con la denuncia o la evidencia pública para erradicar el delito, las y los mexicanos demandan actuaciones eficientes de las autoridades para combatir estos actos criminales, es urgente trabajar en estas iniciativas para definir las reglas bajo las cuales sea posible combatir a la corrupción e impunidad en México.
El tema no es nuevo y tampoco es ajeno a las diferencias que se manifestaron a final del periodo legislativo pasado en el que los legisladores del PRI –en un acto de simulación-, propusieron que en el combate a la corrupción, el Gobierno fuera juez y parte, eso es Inaceptable.
Si en ese momento se habló de las reformas transformadoras impulsadas por el Presidente de la República, ahora se tiene la oportunidad de realizar un cambio profundo desde el Poder Legislativo para cerrar los espacios a la opacidad, con todo y lo que se denomina “sistemas modernos de control y contrapesos del poder público”.
Con la dinámica reformista del año pasado, el PAN propuso una serie de medidas legislativas, entre ellas, un sistema autónomo para garantizar la objetividad en las investigaciones, mismo que fue aceptado de manera pública, pero que los hechos demostraron lo contrario.
Es entendible que en temporada electoral exista resistencia de los Gobernadores para transparentar sus recursos y rendir cuentas, así como evitar el lucro entre los sectores más vulnerables, esta situación no debe limitar el trabajo legislativo para crear el andamiaje jurídico que evite en el corto plazo los abusos y desatinos de los funcionarios públicos y otros implicados.
Con relación a la situación económica hay que reconocer lo complejo de este asunto, porque entre la volatilidad del dólar los precios del petróleo, así como la falta de estímulo al aparato productivo (por una reforma hacendaria deficiente y populista), cada día se nota el lento crecimiento de la economía y la generación de empleos.
Es cierto, los Estados Unidos tienen un crecimiento anual a una tasa superior al 3 por ciento, lo cual tendrá impacto en nuestra economía.
Sin embargo, no debemos olvidar que si bien nuestra economía está ligada a la productividad norteamericana –al ser nuestro principal socio comercial-, hay un claro mensaje del gobierno de Barak Obama, con respecto a la cercanía comercial con China y las implicaciones que pueden derivarse para México.
El trabajo de nuestros Grupos Parlamentarios debe tener como eje rector la fuerza de la convicción en la búsqueda del bien común y la congruencia de sus procedimientos y mecanismos de participación internos.
Como militante de Acción Nacional, he señalado que el compromiso de la actual dirigencia nacional debe ser trabajar por la unidad del Partido, tal como se ofertó en la campaña interna del año pasado, para encarar de manera favorable el complejo proceso electoral de junio próximo.
Para lograr este objetivo es necesario establecer formas de participación, incluyentes y representativas de todas las voces que permitan poner a disposición del electorado las mejores propuestas de cara al 2015.
Si bien la vida interna de los partidos políticos se enriquece con el debate y discusión de propuestas para enfrentar y solventar los graves problemas locales y nacionales, también se requiere un mínimo de congruencia personal para desarrollar las responsabilidades a las que de manera voluntaria se compromete.
El dirigente nacional no debe ser cabeza de un grupo para extender privilegios; debe tener plena conciencia de responsabilidad que significa el cargo, porque se representa a todos los panistas.
Se habla de democracia y resulta que se obtienen votos como pago de favores o concesiones otorgadas, a cambio de privilegios específicos previamente pactados.
Aunque ha sido mayor el escándalo de las casas del Presidente o de sus colaboradores, esto no significa que los panistas debemos olvidar o pasar por alto la falta de una explicación sobre actos de corrupción.
Los discursos, las palabras -aunque no le presten importancia- tienen un impacto significativo en el electorado y más aún cuando no van acompañadas de acciones, al PAN lo azotan las dudas sobre la honestidad, ética y buenas prácticas de nuestros representantes legislativos, que se investiguen los hechos, se esclarezcan las acusaciones y se sancione a los culpables que no sea pantomima que va en detrimento de nuestra muy cuestionada credibilidad política.
No podemos apostar a la baja participación electoral para obtener espacios, tenemos que impulsar la participación activa de los ciudadanos, de aquellos que hoy están hartos de las incongruencias de los Partidos Políticos, porque sus actores se pelean por espacios de poder, pero que no ayudan a enfrentar y atender los problemas.
En la actualidad nos meten en el mismo costal con los corruptos, con los que avanzan y lucran electoralmente, con los que venden candidaturas al mejor postor o con influencias, los que practican canibalismo partidista, los antidemócratas y, peor aún, con los cínicos y mercenarios.
Así no vamos a recuperar la confianza del electorado. El sistema anticorrupción debe iniciar.