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Demuelen colegio sin aval del INAH en Tlaxcala

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Demuelen colegio sin aval del INAH

Pobladores demolieron una escuela con valor patrimonial en Tlaxcala, declarada como pérdida total tras el 19S, sin permiso del INAH.
Ana Laura Vásquez/REFORMA

Con los daños que dejó el sismo del 19 de septiembre de 2017 y el proceso de reconstrucción, Tlaxcala sumó una pérdida más de sus monumentos históricos: una antigua escuela catalogada con valor histórico y cultural.

Padres de familia demolieron el inmueble, por el que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) evitó algún proceso sancionatorio, al declararlo pérdida total.

Era un edificio antiguo, anexo al preescolar denominado Bambi, en la comunidad de Tecoac, del Municipio de Ixtacuixtla, que albergó la primera escuela de esa demarcación.

Según la base de datos del INAH sobre monumentos históricos dañados por el terremoto del 19 de septiembre, la antigua escuela, considerada «inmueble con valor cultural», sufrió grietas, pérdida de aplanados y fisuras, debido a falta de mantenimiento y afectaciones por un aula colindante, daños que se acentuaron por el sismo.

En entrevista con REFORMA, el delegado del INAH, Emilio Velázquez Gallegos, sostuvo que la comunidad demolió el edificio sin la autorización que requería; aun así descartó una denuncia por el daño al patrimonio histórico, porque, según la institución, ya nada se puede hacer para recuperarlo.

«Hay acciones que hizo la comunidad, desafortunadamente, al margen de la institución; el proceso fue tan rápido que no tuvimos oportunidad de que se cuidaran, fueron acciones lamentables», apuntó.

«¿El INAH no presentó alguna denuncia?», se le cuestionó.

«El tema es que ya una vez dañado el edificio, pues ¿qué se puede hacer? Hay capillas que demuelen por ahí y es un hecho, que por más que hagamos ya no se pueden reparar porque ya lo demolieron, y si la comunidad no quiere cuidar sus cosas», respondió.

Según testimonios de habitantes de la localidad, la antigua escuela tenía un mural de la República Mexicana y estaba construida con materiales y muros gruesos característicos de la época. El sismo la fracturó y los jefes de familia decidieron derribarla con pico y barreta, en octubre de 2017, a pesar de que el dictamen resultó con «daño menor».

Enrique Ruiz Romero, integrante de la Sociedad de Padres de Familia, sostuvo que el INAH conoció los daños del edificio y que fue personal de la delegación del mismo instituto el que avaló la demolición para agilizar el regreso de los niños a sus clases, que estuvieron suspendidas por dos semanas.

«Tuvimos problemas con la gente del INAH que decían que era el patrimonio, así que les dijimos, ‘si es tu patrimonio pues ven a restaurarlo’, porque el edificio se pudo haber colapsado y caído sobre los niños», asentó.

Remarcó que se desconoce la fecha exacta del edificio, pero, desde que la población sabe de su existencia, no vio que el INAH hiciera ninguna inspección sobre las condiciones físicas y reparaciones en caso de daños.